Recorriendo el país, Marcela Momberg –educadora desde hace 25 años en aula y consultora en Educación 2.0 desde 2010 con énfasis en manejo de recursos digitales– se encontró con que los adultos chilenos son, en su mayoría, analfabetos digitales, criando huérfanos digitales. “Los padres ingresaron a internet en forma espontánea sin tutoría alguna y este desconocimiento ha desencadenado una serie de vicios digitales muy difíciles de erradicar. Cuando ellos se convierten en papás, permiten a sus hijos conectarse desde una edad muy temprana. Si bien los videojuegos son importantes para los niños, nunca deben ser usados como placebo o nanas virtuales. Los videojuegos no son “el enemigo”, sino es la soledad en la que se encuentran nuestros niños, que invaden los espacios virtuales sin acompañamiento ni formación”.
¿Cómo combatimos este diagnóstico? Para María Soledad Garcés, profesora especializada en Convivencia Digital y Asesora de Contenidos de VTR, “al momento de comprar un videojuego es importante asegurarse que ofrecerá una experiencia positiva y libre de riesgos para los niños, de acuerdo a su edad y etapa de desarrollo. Es fundamental que los padres sepan que el cerebro de los niños y adolescentes no está preparado del todo para la enorme sobrecarga de estimulación visual y cerebral que provocan algunos juegos. Por lo tanto, es una actividad que debe ser restringida y supervisada”.
¿El riesgo asociado a su uso indiscriminado? Según los expertos, lo mismo que existe cuando se usan otras tecnologías. Se corre peligro de desarrollar conductas dependientes o adicción al juego, sequedad o fatiga ocular, estrés o presentar cuadros ansiosos. Lo que va de la mano con la posibilidad de que los niños o adolescentes accedan a contenidos inadecuados, ya sea material violento, erótico, sexista, homofóbico o racista.
Es por eso que existen a disposición de los padres espacios para educar en cómo navegar por la tecnología, usándola de forma adecuada. Verónica Díaz de la Vega, subgerenta de Comunicaciones y Sostenibilidad de VTR, explica que “el programa ‘VTR Convive Digital’ busca formar nuevos líderes digitales, entregándoles a los padres y apoderados las herramientas para que los niños vivan la conectividad de una manera positiva y responsable. En nuestro sitio web www.vtr.convivedigital.com hay contenido desarrollado especialmente para papás, que los orientará para que puedan enseñarles a sus hijos de qué manera obtener los mayores beneficios de las tecnologías en un entorno familiar”.
Marcela Momberg agrega que “los videojuegos para los menores de edad –si ingresan sin el apoyo de sus padres y profesores– son fuente y origen de ciberbullying y grooming. Es vital que los papás conozcan el entorno digital de sus hijos, a sus ‘amigos virtuales’, y hagan un simple ejercicio: una vez al día, díganle a su hijo que al jugar les comente a sus amigos que su padre o madre ingresará al juego. Se asombrarán al observar cuántos se bajan. Pero no todo es malo, ya que se puede potenciar el uso educativo del videojuego y generar trabajo en equipo. Para ello se necesita voluntad, estrategias definidas y evaluadas y, sobre todo, estar y existir tanto en la vida análoga como en la vida digital de su hijo”.
María Soledad Garcés invita a los papás a conocer dónde se conectan a jugar. “Deben saber el contenido de la historia del juego, el rol que asumirá su hijo y las características del juego. No es lo mismo participar en un partido de fútbol online que en una matanza de guerra en medio de un campo minado. Son experiencias totalmente diferentes, en las que además muchas veces el usuario debe interactuar con desconocidos. Si lo acompañamos, y entendemos el juego, podemos orientarlo a separar lo virtual de lo real”.
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