Era un viernes por la noche el momento en que se detectó el ataque, cuando la mayoría de las instituciones públicas y privadas ya han cerrado sus puertas.
En una reservada oficina del sexto piso del edificio Bicentenario -a pasos del Palacio de La Moneda-, en cambio, se trabaja día y noche, con turnos en que expertos en informática mezclados con los llamados ” hackers blancos” (que en lugar de atacar sistemas se encargan de defenderlos) buscan detectar ciberataques nacionales e internacionales.
Por eso es que este año, en un viernes por la noche cualquiera, en una oficina donde abundan anteojos con marco y corbatas, pero también las zapatillas de jóvenes universitarios que saben de vulnerabilidades en la web, se detectó que un malware (amenaza informática o software hostil), llamado Emotet, amenazaba con afectar a decenas de instituciones públicas y privadas.
Rápidamente, se activaron las alarmas y se dio aviso a la SBIF (Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras) y al sector industrial. Y, finalmente, lo que podría haber generado un descalabro mayor, solo se limitó a un ataque acotado. Hoy, el caso está siendo investigado para detallar desde dónde surgió exactamente el ataque, que provino de Europa.
Emotet, reconocen los expertos, es muy difícil de ser detectado y tiene la capacidad de acceder a información de sistemas financieros y bases de datos.
Es uno de los casos que relata el director de la Red de Conectividad del Estado, dependiente del Ministerio del Interior, Carlos Landeros, quien es el encargado de velar por la estrategia de ciberseguridad del Gobierno de Sebastián Piñera.
El ingeniero civil electrónico de la U. Federico Santa María y magíster en Derecho Informático de la U. de Chile afirma que se actuó con celeridad en ese instante y que el resultado fue exitoso, pero reconoce que no están libres de recibir un ataque mayor y desconocido en el futuro, que pueda tener efectos mayores.
En un staff de 60 personas, 24 se dedican exclusivamente a detectar y combatir estos ataques.
“Los equipos trabajan 24 horas al día, por turnos, ante los 80 mil ciberataques que se reciben al mes. Esta oficina está siempre en funcionamiento”, dice Landeros.
“Hackers blancos”
Sobre los llamados ” hackers blancos”, dice que siempre es mejor mantener a resguardo sus identidades y asegura que “para defender necesitas gente que sepa cómo atacar”. De hecho, parte del monitoreo es detectar las vulnerabilidades de los sitios del Estado y dar aviso a las instituciones para que resguarden sus bases de datos.
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