La sigla VPN significa en español Red Privada Virtual. Estas tres letras son, en muchos países, el único acceso posible a un internet libre, además de entregar a las empresas de Chile y el mundo la posibilidad de implementar el teletrabajo y de navegar con privacidad.
Una VPN “corresponde a una conexión cifrada entre dos redes o entre un usuario y una red”, explica María Isabel Hayes, directora de Ciberseguridad, Riesgo y Continuidad de Everis.
El computador o smartphone del usuario se conecta a internet a través del servidor de la empresa que provee la VPN, y ambos se comportan como si estuvieran dentro de una misma red segura. El servidor de la empresa que provee la VPN “es como un intermediario”, dice Marcelo Díaz, gerente general de Makros.
Esto tiene varias ventajas, principalmente el poder trabajar a distancia, evitar la censura de contenido que pueda existir en el internet de un país, dificultar el seguimiento de nuestra actividad en la web y acceder a servicios que no estén disponibles en Chile, como Hulu, o las series que Netflix transmite en EE.UU. y no en Chile.
Se gana también en privacidad, porque normalmente, “al conectarse a internet se asigna una dirección IP al componente tecnológico, la cual permite a las personas, empresas, gobiernos y otros conocer la ubicación física y el acceso a los sitios visitados”, añade Hayes, pero “al usar una VPN, el usuario se conecta a un servidor remoto que enmascara su ubicación, identidad y los sitios que visita”, explica.
¿Cómo funciona? “La VPN cifra el canal de comunicación y, por ende, lo que se transmite en línea, por lo tanto, no sería posible acceder a la información que se recibe o transmite desde los puntos conectados”, indica la experta de Everis.
Existen varias empresas que proveen de VPN en la web, algunas gratuitas y otras pagadas, y la mayoría ofrece variantes para, al menos, sistema operativo iOS, Android, Macintosh y Windows.
Cristián Gómez, analista de Mercado de IDC Chile, destaca su importante uso empresarial, para hacer posible el teletrabajo. Así, a través de una VPN, “los usos pueden ser infinitos, todo lo que el usuario está autorizado para realizar en la red de su compañía, lo podrá hacer”, señala. Por ejemplo, conectarse con los servicios cloud corporativos y de voz sobre IP, añade.
Las VPN también sirven para conectarse a internet desde puntos de wifi públicos o sobre los que los usuarios no tengan suficiente confianza, como hoteles, cafeterías o aeropuertos, “garantizando altos niveles de seguridad, así como de privacidad”, explica Hayes.
Díaz advierte que si bien usar una VPN permite blindarse de intromisiones externas, “la propia aplicación podría estar robándote información”, por lo que es recomendable usar servicios con buena reputación.
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